Veronica Williams, profundamente preocupada por los problemas y peligros de los jóvenes, se sintió llamada y dirigida por el Señor a orar de una manera muy especial por nuestros hijos. Así nació «Oración de las Madres».
Durante un mes rezó con su cuñada meditando especialmente el misterio de la Encarnación, pidiéndole al Espíritu Santo que les hiciera ver qué podía hacer por ellos. Se unieron después dos o tres madres más y tras unos días de oración, Verónica tomó la Biblia pidiendo ayuda al Señor, la abrió y salió una oración:
“Deja de llorar, enjúgate las lágrimas, todo lo que has hecho por tus hijos te será recompensado, volverán de la tierra del enemigo, hay esperanza en tu porvenir, tus hijos volverán al hogar. Lo digo yo, El Señor”. (Jeremías 31,16-17)
La espiritualidad de “Oración de las Madres” es el abandono de los hijos en manos de Dios con total y absoluta confianza, como expresión de la máxima manifestación del amor de una madre por su hijo.
El primer fruto de “Oración de la Madres” es la Paz que recibimos. Cuando realmente confiamos en el Señor y ponemos nuestras cargas sobre Él, nos da su Paz porque sabemos con certeza que Él actuará:
“Venid a mí, todos los que estáis cansados y agobiados que yo os aliviaré” (Mateo 11,28).
“Oración de las Madres” está extendida en 134 países. Los libritos están traducidos a más de 40 idiomas.
Hoy miles de grupos se reúnen regularmente con la aprobación y el apoyo de líderes cristianos de todas las religiones.
“Oración de las Madres” cuyo objetivo es, simplemente, rezar específicamente por los hijos de cada una de las mujeres que integran el grupo. También se reza por los maridos, los nietos y ahijados. Además, cada integrante “adopta espiritualmente” a un sacerdote para sostenerlo con la oración.